Wazakest! Esto no es un ciclo de Khavn

Un ciclo que solo puede ser la punta del iceberg de la masiva, imponente y libérrima obra de Khavn y que no por ello deja de ser un bocado radical y excesivo del gran banquete de su filmografía. Considerado el padre del cine digital en filipinas, Khavn es capaz de rodar un largometraje en 24 horas y de sacar adelante 20 piezas cortas al año. Un cine al límite que persigue con energía lo efímero. La obra incomparable de Khavn repasa a su manera la historia de Filipinas, denunciando con ironía desgarradora el saqueo moral, cultural y material que históricamente ha vivido el país.

Cultura popular como bandera, religión y corrupción como lastre, en ese mundo viven los niños de Mondomanila o Squatterpunk. Amante del género, muestra el devenir de Filipinas en forma de melodrama: Ruined Heart o Misericordia; las desapariciones forzosas en la dictadura de Marcos desde lo fantástico: Desaparadiso. Además, todas sus películas se salpican de gore, vampiros y zombies, guardando un espacio extraordinario para el género musical. Las películas del ciclo son documentos, en ocasiones delirantes, de un mundo impredecible y extremo que Khavn representa con una arrolladora libertad creativa. No hay límites en la imagen, tampoco en el sonido, ni siquiera la pantalla es un límite para su universo audiovisual.

Es difícil establecer un compendio completo de la obra de Khavn (Filipinas, 1973), pero se estima que cuenta con unos 50 largometrajes y alrededor de 115 cortometrajes. Es autor de seis libros, entre poesía y ficción (ha declarado escribir tres poemas al día), y ha compuesto 23 álbumes musicales hasta la fecha. Ganó el prestigioso Premio Memorial Don Carlos Palanca que se otorga a las letras filipinas por su poesía y ficción. Sus películas han sido exhibidas en numerosos festivales internacionales: Berlinale, IFF Rotterdam, Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, BiFan o Jihlava Festival Internacional de Documentales, entre otros.