Nuevas potencias emergentes
Saber si este es el siglo de China o no; si asistimos a la decadencia de Estados Unidos; si la India, Rusia o Brasil desplazarán a Japón, Alemania o Francia a lo largo de la primera mitad del siglo XXI, como sociedad global, no es lo más relevante. Importa, por el contrario, saber el porqué y el cómo de estos reacomodos y de qué manera afectará o beneficiará al patrimonio común de unos recursos finitos que pertenecen, ahora más que nunca, a una sociedad global que ya solo puede transitar hacia un futuro a medio y largo plazo de manera colectiva.
El crecimiento económico de estos países emergentes se traduce en una mejora del nivel de vida de sus habitantes. Su IDH (Índice de Desarrollo Humano) no llega a ser el de los países del Norte, pero ha progresado significativamente en los últimos años. ¿Pero es esta mejora aplicable a toda la población?, ¿se produce este crecimiento tanto en la población rural como el la urbana?
Hoy no basta con aplaudir la llegada de nuevos actores del éxito económico con un simple esquema de ganadores y perdedores. Si bien de 1750 a 2011 lo que ha primado de los países hegemónicos anteriores ha sido su irresponsabilidad para con el futuro y su irracional consumo de los recursos naturales del patrimonio común, esto de ningún modo puede convertirse en la actualidad en una justificación para que viejas y nuevas economías hagan lo mismo en detrimento de una sostenibilidad colectiva.
La exposición trata de ofrecer una panorámica de los aspectos sociales y medioambientales de los llamados “países emergentes”.