Grandes árboles para la vida
| Duración: | 3 horas |
El próximo miércoles 25 de noviembre os invitamos a conocer y reconocer el extraordinario valor de los viejos árboles dentro y fuera del bosque. Lo haremos como nos enseñó Félix Rodríguez de la Fuente y como ya es obligado en nuestra sociedad audiovisual del siglo XXI: a través del cine. En este caso, una serie de documentales de naturaleza titulada Grandes árboles para la vida.
Dirigida por Batiste Miguel y con Odile Rodríguez de la Fuente como directora ejecutiva, la serie es una de las principales acciones del proyecto LIFE+EnArbolar: Grandes árboles para la vida (BIGTREES4LIFE), promovido por la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente (FFRF), cofinanciado por la Unión Europea y la Diputación de Valencia a través del Departamento de Árboles Monumentales de IMELSA. Gracias a un convenio de colaboración entre la FFRF y Radio Televisión Española (RTVE), los diferentes capítulos serán emitidos en la cadena pública además de en distintos canales y portales de Internet. Cuenta con la colaboración especial de María José Parejo y Julio Valverde, del programa de Radio3 El bosque habitado. Igualmente han participado técnicos y especialistas de gran renombre, junto a personas crecidas bajo la sombra de grandes árboles y cuyo testimonio resulta especialmente ejemplar.
Para la filmación se han utilizado las últimas tecnologías, desde drones y cámaras de alta definición hasta técnicas como time lapses, pero también incorporado imágenes de fauna amenazada registrada tras pacientes esperas en escondites ubicados en numerosos espacios naturales y nacionales. La música ha sido compuesta por Christian Molina y el guión es trabajo de Batiste Miguel y el periodista José Alcañiz.
Además de pequeñas piezas y píldoras informativas, en total se han rodado tres documentales: El árbol y el hombre, El árbol generoso y La armonía de los árboles.
El proyecto BIGTREES4LIFE es una iniciativa de comunicación, sensibilización e información cuyo objetivo es elevar el grado de concienciación de la sociedad con respecto a la importancia de los árboles singulares y los bosques maduros, especialmente los localizados en la Red Natura 2000, como reductos de biodiversidad, testigos del cambio climático, generadores de paisaje, dinamizadores de las economías rurales y excelentes herramientas de educación medioambiental.
