Chantal Akerman demostró su maestría en el subgénero de las historias cruzadas, sumergiéndonos en los destinos interconectados de más de una veintena de personajes durante una noche de verano en Bruselas. Un clásico indiscutible del cine europeo que ha servido de inspiración a Ekaterina Selenkina.
| Duración: | 1 hora 30 minutos |
Toute une nuit, de Chantal Akerman. Bélgica, 1982. 90'
La vocación intimista de La chambre (1972), Je, tu, il, elle (1974) o Jeanne Dielman… (1976) y la exploración de espacios urbanos practicada en las posteriores News from Home (1977) o Les rendez-vous d’Anna (1978) confluyen en el peculiar mosaico que es Toute une nuit.
Al modo de las clásicas sinfonías urbanas, la película propone un retrato, a la vez múltiple, fragmentario y minimalista de los (des)encuentros amorosos de varios personajes, apenas identificados, en el transcurso de una noche de verano en Bruselas.
Mediante la paradójica combinación de inquietud narrativa y serenidad en el punto de vista, Akerman diseña una coreografía de situaciones, gestos y actitudes en la que los sentimientos más intensos afloran a partir de mínimas formulaciones: un cruce de miradas, un abrazo, una espera impaciente o una huida a la carrera.
Bares, restaurantes, pisos de soltero, portales, camas de matrimonio o desangeladas habitaciones de hotel ejercen de escenario de un crisol de historias (o la sugerencia de estas) donde el común denominador parece ser una desesperada huida de la soledad o del aislamiento.
La memorable secuencia final subraya la lucha agónica de los personajes por mantener una conexión auténtica sin ser devorados por la dinámica alienante de la ciudad contemporánea.
