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Dmitry Gelfand (San Petersburgo) y Evelina Domnitch (Minsk) gozan de una posición destacada en la escena actual de creadores, íntimamente relacionados con la música experimental, que unen arte y ciencia. Desarrollan ambientes sensoriales de inmersión que combinan física, química e informática a través de prácticas filosóficas inusuales, y han renunciado al uso de medios para la grabación y la fijación.
Además, colaboran con numerosas instituciones científicas y con músicos y artistas sonoros como Noto, Francisco López, Coh, Matmos, TeZ, Frank Bretschneider, Asmus Tietchens, o Richard Chartier.
Entre otros premios, han recibido el Japan Media Arts Excellence Prize (2007), así como dos Menciones Honoríficas en Ars Electronica (2007 y 2009).
En Sonolevitation, una vibración acústica de 15 kHz se refleja verticalmente a una distancia precisa de su fuente, generando una onda estacionaria que hace levitar láminas de oro. El aire entre el entonador y el reflector se divide uniformemente entre áreas alternantes de presión acústica dinámica y zonas anti-nodales vacías. Dentro de estos vacíos sin presión, sólidos y fluidos pueden ser suspendidos y girar por acción de los campos sonoros que los rodean. Una evocación del ambiente sin gravedad ni fricción que se da comúnmente en el espacio exterior. Los objetos que flotan modulan la frecuencia y la amplitud de la onda estacionaria que los hace levitar, influenciándose así mutuamente. Cada parte es un reflejo inseparable y co-emergente del todo.
