Su crecimiento se basa no solo en la producción agrícola, sino en una industria en pleno desarrollo y a que han abierto sus mercados a los inversores extranjeros.
Han experimentado cierta mejora de su nivel de vida y el Índice de Desarrollo Humano ha progresado mucho, pero los beneficios no son los mismos para todos.
Si tras la Revolución industrial ha primado la irresponsabilidad para con el futuro y el irracional consumo de recursos naturales, esto no puede convertirse en justificación para que viejas y nuevas economías hagan lo mismo en detrimento de una sostenibilidad colectiva.
La Casa Encendida y Le Monde diplomatique en español proponen un nuevo ciclo de conferencias a lo largo del año que, junto con una exposición, desarrollarán estos contenidos.