Touching Improvisation Lab/PIEDRADURA

Touching Improvisation Lab es un espacio de investigación compartida que utiliza herramientas y metodologías que nacen de la práctica artística. Se trata de tocar la conciencia. Y para ello recurrimos a la improvisación.

¿Qué pasaría si desarrolláramos conscientemente nuestras capacidades de percepción a través de la piel? ¿Cambiaría de alguna manera nuestra forma de acercarnos al mundo, de comportarnos? ¿Aparecerían otras posibilidades de entender nuestros cuerpos y el entorno? ¿Qué consecuencias políticas tendría pensar el cuerpo como una superficie táctil y no tanto como una imagen?

Hoy en día, la vista se ha convertido en el sentido privilegiado a través del que nos relacionamos con el mundo en detrimento quizás del resto de nuestras capacidades perceptivas. Las imágenes determinan la manera que tenemos de entendernos y de acercarnos a lo que nos rodea. Pero la imagen exige distancia, separación. Y quizás por eso cada vez tocamos menos y establecemos una separación a menudo insalvable con el otro, con el entorno.

Tocarse, tocarnos se ha convertido en una manera de relacionarnos reservada para estrechos espacios de intimidad. Sin embargo, la piel, el órgano más grande de nuestro cuerpo, tiene una capacidad inmensa de producir conocimiento.

La improvisación es un método de composición (que atraviesa toda la historia de la música) y que consiste en mantener la atención en el tiempo presente y tomar decisiones en función a las relaciones que se establecen con los otros cuerpos, el tiempo y el espacio. Frente a la partitura, a lo que está decidido de antemano o a la norma impuesta, improvisar significa crear libremente atendiendo solo a nuestra percepción inmediata del tiempo y del espacio.

Improvisar es, de alguna manera, una práctica de la libertad. Touching Improvisation Lab es un proceso abierto. En este momento, no sabemos todavía cuáles serán las consecuencias, respuestas y hallazgos de nuestra búsqueda. Ahora lo que toca es compartir y poner a disposición los conocimientos y experiencias que aparecerán poco a poco, cuerpo a cuerpo en nuestro camino.

Impartido por

Jaime Conde-Salazar Pérez (Madrid, 1974), licenciado en Historia del Arte por la UCM. Obtuvo su MA in Performance Studies (2002, New York University) gracias a una beca MECFulbright. Entre 2003 y 2006 dirigió el aula de danza “Estrella Casero” de la Universidad de Alcalá. Ha colaborado regularmente como crítico de danza en revistas como Por la Danza, SuzyQ, Ballet/Tanz, Mouvement, Hystrio y Obscena. En 2015 publicó el libro La Danza del Futuro (Graner/Mercat de les Flors). Como dramaturgista ha acompañado procesos de creación de Ben Benauisse, I-Chen Zuffellato, Antonio Tagliarini, La Ribot, Claudia Faci, Aitana Cordero, Elena Córdoba, La Ribot, Bárbara Sánchez y Aimar Pérez Galí entre otros. Como performer ha colaborado con Aitana Cordero, Aimar Pérez Galí y Bárbara Sánchez, con quien creó en 2016 el espectáculo Electrohumor.

Aimar Pérez Galí (Barcelona, 1982), bailarín, coreógrafo, investigador, pedagogo y escritor, siempre entendiendo el cuerpo como lugar de referencia y la danza no como un fin en sí mismo sino como una herramienta de transformación crítica. Estudió danza contemporánea en la Escuela Superior de Artes de Ámsterdam y ha cursado el máster en Teoría crítica y estudios museológicos en el Programa de Estudios Independientes del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA)/Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Es cofundador y director de Espacio Práctico desde 2010; forma parte del equipo docente del Departamento de Coreografía e Interpretación del Conservatorio Superior de Danza del Institut del Teatre de Barcelona des 2014; y desde el año 2017 co-coordina el grupo de lectura ¡Encarna! en el MACBA.

Dirigido a: cualquier persona que desee expandir las capacidades perceptivas y sensoriales de la piel para aplicarlas en su práctica artística o profesional cotidiana o en su vida diaria. No es necesario ningún tipo de formación artística previa.

Duración: 16 h.