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Una conversación con Gus Van Sant

Dentro de la programación de

La Terraza Magnética 2018
23 jun 2018
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Cine, Encuentros
Gus Van Sant © Dustin Lance Black
Gus Van Sant © Dustin Lance Black

Con motivo de la inauguración de la exposición Gus Van Sant, contaremos con la presencia del propio director para hacer un repaso a su filmografía en conversación con el comisario de la exposición Matthieu Orléan.

Duración: 1 hora

El cine de Gus Van Sant (Louisville, Kentucky, 1952) es una muestra de la historia americana posmoderna (pospop, post Nuevo Hollywood, posmilitante). Sus películas provocan asombro y sus complejas estructuras narrativas (en forma de mosaicos o collages), igual que sus cambios de tonalidad, producen un cine disonante donde la melancolía y el humor nunca son concebidos como opuestos.

Con su filmografía rica y heterogénea, Gus Van Sant nos obliga a replantearnos qué es un autor de cine cuando trata de evaporarse y desaparecer al hacer una revisión de la película Psicosis de Alfred Hitchcock, copiándola casi plano a plano. Al igual que con cualquier otro autor, sin duda hay temas y caras recurrentes. Como el Matt Damon súper dotado en El indomable Will Hunting (1997), el explorador a la deriva en Gerry (2002) o el empleado de una compañía petrolera en busca de una ética en Promised Land (2012). En ocasiones busca el refugio en las Majorspara imaginar historias, dentro de una superestructura, donde la jerarquía y las reglas protegen al artesano obediente que es él. En otros casos, sin embargo, busca la libertad sin condiciones: películas experimentales (que culminan con Mala Noche) autoproducidas con el entusiasmo del principiante y, más tarde, la tetralogía de la muerte (en orden Gerry, Elephant, Last Days, Paranoid Park), una serie de experimentos formales radicales que redefinen con gracia y agudeza el espacio estadounidense (el desierto, el instituto, el bosque y el skate park nunca han sido tan perturbadores, respectivamente, desde Raoul Walsh, David Lynch, Terrence Malick y Larry Clark).

En el fondo, es como si cada una de sus películas mostrara al eterno adolescente que fue, permitiéndole revivir, en el cine, fragmentos de su vida, sus encuentros originales, su fascinación por el pintura de Matisse (Will Hunting) o la música de Velvet Underground (Last Days). Como si cada película fuera una profunda reconciliación consigo mismo y con el soñador que es. Con él, lo real, compuesto por claroscuros, elipsis y poesía, coquetea irrevocablemente con lo fantástico y lo fatal. En Gus Van Sant, la muerte siempre se rompe. Por un lado, los que se van; por el otro, los que permanecen y resisten. Gus Van Sant es uno de ellos: un artista que renace cada vez y encarna la parte más humana del cine estadounidense.

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Una conversación con Gus Van Sant

23 jun 18 - 19 h