Duración: | 2 horas |
La música es capaz de revelar a la experiencia mundos ocultos mediante el simbolismo del sonido y la voz. Esta época, dominada por una visión sincrética y superficial, ha utilizado toda clase de estos elementos: chamanes, viajes astrales, nuevos brujos, orientalismo, etc., e innumerables artistas beben de esta inspiración (Stockhausen, John Cage, Phillip Glass, Glenn Branca…).
Revisaremos desde los clásicos (el blues está lleno de referencias a los relatos de la religión africana sobre espíritus, mezclados con el imaginario bíblico protestante, y la figura del diablo tiene matices distintos en artistas que conocieron, ya pasada por el tamiz del tiempo y las generaciones, elementos de religiones como el Juju o el Vudú) a los magos y brujas pop (con artistas poprock que aparecen con una actitud más parecida a la de un chamán o mago que intenta aleccionar/ amedrentar a su audiencia), pasando por Aleister Crowley y su influencia en la cultura pop o la experimentación de los años setenta. Encontraremos en las manifestaciones más insospechadas o en la música más comercial señales ocultas -ahora transformadas en imágenes consumibles-, despojadas de su sentido, como simple decorado o accesorio de moda. Por ejemplo, el triángulo de Horus aparece en muchos de los vídeos de Beyoncé, Lady Gaga, Madonna o Rihanna.