Compartir El artista madrileño nos comparte esta semana sus recomendaciones culturales para Give me five; cinco referencias del exterior con las que podamos aprender a entender nuestro interior como otro espacio cultural de revelación y conocimiento más al que poder recurrir.
El cuerpo es el puente a través del cual la mente se relaciona con los estímulos que ofrece la realidad que habitamos y fabricamos. Paradójicamente, el hecho de que nuestra consciencia exista dentro de este cuerpo biológico de receptores y transmisores ha sido el foso que nos ha impedido abrir la puerta todo este tiempo. La barrera que nos ha impedido seguir fomentando esa relación entre nuestro interior con nuestro exterior.
Si pensamos en el interior de nuestro cuerpo como un lugar, un paisaje que podemos visitar, este cortafuegos al consumo de cultura podría transformarse en una oportunidad para entender nuestros cuerpos como centros culturales capaces de generar cultura, de producir experiencias estéticas y de revelar misterios ocultos.
No me he sentido más iluminado que recostado en la camilla de urgencias en pleno shock anafiláctico, o de rodillas con la cabeza en el retrete y las tripas en la garganta, o flipando en colores cuando cierro los ojos y los rayos del sol me atraviesan los párpados. Vivir perpetuamente en esos estados mentales harían de mi existencia algo mucho más puro.
Por esto me gustaría comentar cinco referencias del exterior con las que podamos aprender a entender nuestro interior como otro espacio cultural de revelación y conocimiento más al que poder recurrir.
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La serie Midnight Ghospel es una colaboración entre el entrevistador Duncan Trussel y el animador Pendleton Ward. Para su concepción, Ward transformó en cuentos animados ocho conversaciones sobre espiritualidad que Trussel mantuvo en su podcast The Duncan Trussell Family Hour
Quiero recomendar el episodio nº 8 en concreto: una conversación entre Trussel y su madre, la psicóloga Deneen Fendig, en la que entre muchas otras cuestiones, Fendig nos enseña a sentir el cuerpo desde dentro, primero un dedo, luego la mano, hasta entrar en contacto con la totalidad de nuestro interior. Este episodio alberga una de las conversaciones más brillantes y emotivas que he escuchado nunca.
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La pieza de vídeoBu-Ba-Lú de la artista Isabella Benshimol recorre el interior de un cuerpo generado con herramientas 3D. Narra la historia de un hombre tragado y escupido por una ballena a través de testimonios personales. La historia de un cuerpo que literalmente experimentó el interior de otro cuerpo como un espacio. Según palabras de Isabella, “este incidente trágico pero irracional, acompañado por las imágenes, forma una narrativa de puro voyeurismo carnal que cuestiona la dificultad para relacionarse con la interioridad desde la exterioridad”.
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Understanding the Brain: The Neurobiology of Everyday Life es un curso en línea de la Universidad de Chicago impartido por la doctora Peggy Mason. Estudiando el sistema nervioso podemos comprender cómo se crea el comportamiento, como nos relacionamos y cómo percibimos. Cuando comencé a estudiar este tema, me asustó mucho haber vivido toda mi vida con un desconocimiento absoluto acerca del cerebro y de cuáles son los procesos por los cuales tomo decisiones o actúo. El estómago, por ejemplo, está plagado de neuronas, lo cual podría explicar por qué se encuentra tan atado a nuestras emociones.
En las sesiones de laboratorio se manipulan médulas espinales y cerebros humanos. Es violento y atrapante ver cómo un bisturí corta y despedaza el objeto más íntimo y preciado.
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Para completar este estudio biológico del cuerpo quiero recomendar también el Atlas de anatomía humana y cirugía del anatomista Jean Marc Bourgery y el pintor Nicolas Henry Jacob. Publicado por primera vez en 1854, es considerado uno de los tratados anatómicos más completos. Las ilustraciones son maravillosas y descubres una enorme cantidad de cosas de ti mismo de las que no tenías ni idea. Cuando me disgusto y me llevo las manos al corazón, todavía me equivoco poniéndolas en el lado derecho del pecho. El interior de nuestro cuerpo nos asusta y nos asquea, me asombra que la madre naturaleza haya querido ocultarnos toda esta información diseñándonos así de envueltitos y opacos.
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Puesto que abriendo nuestro interior lo que hemos hecho es descubrir un nuevo espacio, no puedo evitar hacer referencia a New space music, del álbum Neroli, de Brian Eno. Alucino con la cantidad de testimonios de personas que dicen haber superado traumas, pérdidas o haber conseguido reducir considerablemente dolores físicos gracias a su obra.
Andrés Izquierdo (Madrid 1993) deforma, superpone y muta una amalgama de ficciones, fenómenos, supersticiones, mitos o ensoñaciones. Forzándolas a coexistir en un mismo plano, logra generar narrativas autónomas, que se escapan a su propio control.
Poniendo en conflicto condiciones físicas y filosóficas opuestas –como divino y perverso; artificial y autogenerado; barroco y minimalista; o abstracto e hiperrealista– el resultado de sus investigaciones concluye en forma de esculturas, objetos domésticos, escenografías, aquitecturas o instalaciones en las que cuestiones espirituales y metafísicas planteadas a través de la percepción y la ilusión discuten la naturaleza de nociones terrenales como la fe, la culpa, el tiempo, la violencia o la cognición.
Artista y diseñador por el Instituto Europeo de Diseño, Andrés ha mostrado su trabajo en lugares como: Intersticio (Madrid, 2021); Matadero (Madrid, 2021); Aparador Monteleón (Madrid, 2021); Camp Design Gallery (Milán, 2020); Mast (Nueva York, 2019); Galería 6más1 (Madrid, 2018); Dutch Design Week (Eindhoven, 2019) o DMY (Berlín, 2017).
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