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La comisaria de Cosas que nunca sucedieron aunque existen desde siempre, de Inéditos 2020, comparte cinco recomendaciones culturales entre las que se encuentran: una cartografía sobre las lágrimas, una ficción onírica, la canción que define su confinamiento o un documental compuesto por ficciones fílmicas de otras épocas.
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Largo viaje hacia la noche (Di qiu zui hou de ye wan), de Bi Gan
La ficción encuentra un paisaje fértil a todas aquellas imágenes y relatos que nos deja la noche. Hay múltiples películas sobre el sueño, tantas que es tarea imposible elegir tan solo una, por eso prefiero recomendar la última película de carácter onírico que me ha dejado una resaca dulce. En la obra de Bi Gan encontramos sueños dentro de sueños; recuerdos solapados que se reescriben y perturban; una narración misteriosa cargada de símbolos que se repiten y que nos permiten colarnos en una historia de amor imposible, expandida en un tiempo que no atiende a la lógica de la vigilia.
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El libro de las lágrimas, de Heather Christle. Tránsito editorial
Heather Christle hace un recorrido fascinante por las lágrimas. Una cartografía del llanto personal que se conjuga con estudios, curiosidades y datos sobre el acto de llorar, las lágrimas que dejan rastro sobre nuestras mejillas y su influencia cultural. Una lectura magnética donde la autora escribe con sinceridad, rabia y ternura de sus experiencias íntimas y de un mundo que parece condenarnos a un sollozo tímido, avergonzado y –a menudo– estigmatizado.
En un momento donde parece que los medios y la agenda política comienzan a sensibilizarse sobre la importancia la salud mental este libro, editado por Tránsito, me parece una manera interesantísima de habitar el dolor psiquico y –por qué no– reconciliarnos con nuestras propias lágrimas.
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This feeling is you, de Jessica Boston & Desert. Passat Continu
Acotar este último año y medio en una sucesión de días, meses o semanas se me antoja algo perverso. El confinamiento y sus diferentes etapas generó una vivencia de la temporalidad muy diferente a la que marca el calendario. La montaña rusa de emociones, vivencias y duelos que hemos llevado en las espaldas hizo que cada una buscase sus métodos domésticos de escapismo: los míos fueron algunas lecturas, canciones y películas a las que volvía constantemente.
En abril de 2020 el sello Passat Continu publicó This feeling is you, un disco del grupo Desert en colaboración con la hipnoterapeuta Jessica Boston. No entiendo este álbum como una meditación guiada, ni mucho menos una sesión de hipnosis, pero no puedo negar que estos siete temas me dieron cobijo en algunos momentos tenebrosos del confinamiento, suspendiendo el tiempo lineal que mencionaba al principio. La escucha de este disco –para mí– fue uno de esos modos de huida, en este caso articulada como una suerte de viaje interior. En la narración de Jessica se cuelan diferentes referencias que van desde la exploración de la psique, estados alterados de consciencia como el trance o experimentaciones fonémicas y vocales. El disco cuenta con su propia guía de escucha y se estructura en siete canciones que operan como siete capítulos de una travesía hipersensorial.
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No creas que voy a gritar (Ne croyez surtout pas que je hurle), de Frank Beauvais
Me gusta pensar en este documental como una polifonía fílmica y es que todos los planos que aparecen son fragmentos de otras películas. Un vídeo ensayo, cuyo tono confesional dialoga con fragmentos de ficciones de diferentes épocas y procedencias. La trama es relativamente sencilla: un hombre que vive aislado en la montaña rompe con su pareja y sólo encuentra consuelo en el visionado compulsivo de su colección de cine. La voz del narrador en primera persona comparte su vivencia desde lo micro a lo macro: las pérdidas de seres queridos, las rupturas amorosas, la vivencia de la soledad, los desencantos vitales y contradicciones ideológicas, en un universo desquiciado que sólo parece hacerse más llevadero a través de la ficción.
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Las disidencias, de Raisa Maudit y Martí Manen. Storm and drunk editorial
Tengo la intuición que tanta hiperconectividad (mails, chats, notas de voz…) sostienen pero también precarizan nuestras relaciones afectivas. Aquélla que nos fragiliza se basa en la erosión: el bombardeo o la sobreexposición hace que algunas cosas se queden en el aire o no tengan espacio suficiente para que su mensaje llegue y cristalice en profundidad. Supongo que no soy la única persona que utiliza los mails como un modo de comunicación epistolar: entre tanto correo de trabajo, promociones y spam, hay momentos para una escritura dedicada y consciente; un lugar donde dirigirse al otro con amor y rabia, una ferviente necesidad de estar ahí –hacernos presentes en la vida del otro– a través de las palabras.
En 2016, Raisa Maudit y Martí Manen comenzaron a escribirse mails con la intención de convertirlos en un libro futuro. Lo que comienza siendo un intercambio en torno a la idea de disidencia, va mutando en una conversación de casi tres años. A lo largo de las más de 200 páginas del libro, podemos ser cómplices de sus encuentros epistolares, donde la escritura va cambiando de forma y tono. Párrafos viscerales, enrabietados que bailan suavemente con pensamientos y reflexiones que se lanzan y aterrizan como una bomba envuelta en terciopelo. Hay pasajes escritos en 2016 que ahora mismo resuenan como profecías: encontramos virus y entornos hostiles, violencia y necesidad de contraataque; modos de cuidarse y de estar presentes pese a las distancias físicas. En definitiva, un ritual de creación-destrucción pertinente y necesario.
Raquel G. Ibáñez (Madrid, 1989) es artista y curadora. Su producción se ha mostrado en centros como el CA2M; Supermarket Art Fair Stockholm; Intermediae Matadero Madrid; L’Estruch, Sala Amadis; Sala El Águila; S.A.D; Cuarto de Invitados; o Solar Acción Cultural, entre otros. He ganado distintas convocatorias como Ayudas Injuve a la Creación Joven 2017 y 2020, Ayudas a la Creación de la Comunidad de Madrid 2019 o Getxoarte escénicas 2019. En 2021 ha sido finalista en en el Concurs d’Arts Visuals Premi Miquel Casablancas y seleccionada en el programa Artistas en Residencia LCE / MACBA. De manera colectiva, es una de las cuatro integrantes de El Banquete y cofundadora de la plataforma de música Possible Others.
En el ámbito curatorial, ha realizado proyectos expositivos para TEA Tenerife Espacio de las Artes; La Casa Encendida; MIAC Lanzarote; Storm and Drunk; y Sala Amadis, además de otras propuestas como el festival de música Nodo Invisible para Intermediae Matadero Madrid.
Comprende su trabajo como una amplia investigación artística mediante la experimentación con distintos formatos y lenguajes; donde la escritura, la curaduría o la producción artística están interconectadas por el estudio de distintos temas que le obsesionan e interrogan como la experiencia onírica, la invisibilidad y/o el acto de desaparecer; los espacios de suspensión o limítrofes de la consciencia como formas de conocimiento y aprendizaje no formal.